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¿Estoy haciendo lo correcto? La clave definitiva

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Posiblemente con frecuencia te encuentres ante un dilema o una situación en la que tienes varias opciones y no tienes ni idea qué hacer. Te angustia la posibilidad de tomar la decisión equivocada y aumentar el problema o sentir arrepentimiento para el resto de tu vida. Existe una clave sencilla, gratuita y al alcance de todos y hoy quiero compartirla contigo.

Sólo tú tienes la respuesta correcta

Para empezar no pretendo decirte qué hacer. Si después de unas cuantas sesiones de psicoterapia un consultante me pregunta ¿y qué hago? Y me doy cuenta que esa persona cree que soy yo quien tiene las respuestas, entonces suenan mis alarmas. Esa pregunta surge ante dos posibilidades. Una, estoy haciendo algo que le hace creer que está aquí para que le de instrucciones o dos, no sabe, no puede o no quiere hacerse cargo de sí mismo.

¿Para qué te cuento esto? Para que tomes consciencia que ni tu terapeuta conoce la respuesta correcta. Precisamente el malestar y las dificultades llegan cuando dejas de atender a tu propia sabiduría organísmica.

Según Claudio Naranjo la sabiduría organísmica es la función autorreguladora básica para la vida en todos los niveles. Es la capacidad de tiene todo organismo vivo de buscar garantizar su vida y su bienestar. Ningún ser viviente es impulsado hacia el daño o la muerte de sí mismo en su estado normal, cuando éste impulso hacia la autodestrucción aparece significa que existe una patología o enfermedad.

Es decir, cada persona sabe exactamente lo que necesita en todas las dimensiones de su ser para desarrollarse plenamente. Lo que en ocasiones no sabe es cómo reconocer esa sabiduría y cómo permitirle expresarse.

En consulta, las personas se van dando cuenta que a lo largo del proceso terapéutico aumenta su consciencia corporal, su capacidad de tomar en cuenta las señales que les envía su cuerpo, reconocen los cambios en sus pautas respiratorias cuando no escuchan sus necesidades, cuando aceptan un pedido sin realmente querer cumplirlo, es decir, cuando dicen que si a pesar de desear decir que no.

También he visto personas frustradas por haber tomado decisiones basadas en las indicaciones de otros: sus padres, hermanos, su pareja, algún medium o tarotista que han visitado. Siempre que la decisión la tome otro en lugar de tí mismo corres el riesgo de no estar haciendo lo correcto.

¿Qué es lo correcto?

Lo correcto es lo que tu necesitas en el momento puntual en el que estás. Lo correcto es lo que te indica tu cuerpo. Nunca sabrás si una decisión es la acertada antes de tomarla. Puedes valorar pros y contras, puedes prever las consecuencias y por supuesto que todo esto te ayuda a tomar una decisión. Sin embargo la inseguridad sobre los resultados sólo acaba cuando lo resultados reales llegan.

Tu cuerpo es la mejor brújula para navegar en el vasto océano de la incertidumbre existencial. La existencia es incertidumbre. Nunca sabrás a ciencia cierta qué te deparan los próximos minutos de tu vida y ni qué decir de los próximos años. Puedes tener algunas ideas y algunas pequeñas certezas, pero en realidad la incertidumbre está tan presente en tu vida como tu necesidad de respirar.

Así que ante ese panorama incierto, la biología te ha dotado de la mejor estrategia: la conciencia corporal. En la medida en que avanzas en el camino de conocerte más a tí mismo, lo que incluye tu cuerpo y el reconocimiento de sus múltiples señales, podrás reconocer tus más auténticas necesidades y de acuerdo a tu propia realidad, afrontarás el mundo para satisfacerlas.

Tu cuerpo habla

“Es que me lo pide el cuerpo” es una expresión que no necesariamente tiene que ver con la consciencia corporal, escucho que la gente la utiliza por ejemplo cuando se refiere a su necesidad de comer cuando está nerviosa, o de fumar, o de beber alcohol, entre otras cosas.

Escuchar tu cuerpo es desarrollar la capacidad de, llevando la atención al cuerpo y a la respiración, poder notar las diferencias que se dan en tu cuerpo cuando contemplas cada una de las posibilidades ante una situación.

Así es, aunque parezca asombroso, si debes elegir aceptar una oferta o no, observa lo que pasa contigo cuando internamente imaginas que has aceptado la oferta. Toma contacto de tus emociones y sensaciones ante esa posibilidad. Acto seguido imagina que has dicho no a esa oferta y toma contacto de tus emociones y sensaciones ante esa posibilidad. Al notar las diferencias podrás saber que hacer, hazte la pregunta ¿cómo elijo sentirme en adelante, como me he sentido al aceptar o como me he sentido al decir que no? Y ahí aparece la respuesta que estás buscando.

Es sorprendente, algo tan sencillo es la clave para que de ahora en adelante puedas tomar las decisiones correctas.

Pasando a la acción

Como primer paso en ese camino de reconciliación con tu cuerpo, te propongo durante un mes escuchar el siguiente audio que te lleva a realizar un relajante escaneo corporal. Para hacer el ejercicio algo más completo te invito a escribir cómo percibes tu cuerpo antes de iniciar el ejercicio, a la segunda semana del ejercicio, de nuevo a la tercer semana y por último, escribe el día 30 del ejercicio cómo y qué percibes de tu cuerpo en ese momento.

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En la entrada Escucha tu cuerpo compartiré contigo tres estrategias que te ayudarán a poder entender los mensajes de tu cuerpo.

Gracias por compartirnos tus propias experiencias.

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