Hola Marcela! Te saludo con todo mi cariño porque aunque tu no lo sepas o si, creo que mi vida estuvo en tus manos y gracias a tu saber hacer, a tu especial personalidad, hoy me siento más viva que nunca y tremendamente libre, como siempre debió de ser. He retornado a mi misma, a la tierra, a la raíz.
Me gustaría comenzar resumiendo esta historia porque supongo que por desgracia puede haber bastantes personas en mi misma situación y sería aportar una salida al final de ese túnel profundo y oscuro que es la depresión.
Después de varios años de tratamiento contra esta enfermedad, la cosa se fue agravando de tal manera que la idea del suicidio que nunca me abandonó, cada vez estaba mas cerca; un salto y se acabó el sufrimiento de una vez. Me escapé por cien mil puertas, muchas de las cuales ni siquiera conoces, Marcela, porque tampoco es relevante. Cuando llegué a tu consuta la puerta se llamaba «alcohol».
Llegué por pura casualidad, porque estaba de ser. Alguien me habló de ti y pedí cita. Me sentía por entonces hundida física y psíquicamente, sin un gramo de energía, dañada, vulnerable, cansada. Poco a poco, porque la terapia que tu usas y tu también, me son muy afines, fui comprendiendo la raíz de mis males. Y seguí fielmente tus indicaciones, viendo que con el paso del tiempo las telarañas que me cubrían desde la infancia, comenzaban a desaparecer y dejaban a la vista al auténtico ser que yo era. Sabía lo que quería, no más dolor. Aprender a manejarlo y que no me roiera por dentro fue un descubrimiento que pensé imposible.
No hay nada sin esfuerzo ni disciplina, esa era mi parte y estoy orgullosa de haber cumplido. Hoy me siento una mujer fuerte en todos los sentidos, independiente y en libertad, donde la vuelta atrás no es viable porque forma parte de un pasado ya obsoleto. Estoy a gusto en mi piel y con mi vida, en la que he tenido que cambiar muchas cosas que se fueron dando solas, sin esfuerzo. Como mágicamente, tu lo sabes.
Hoy te doy las gracias desde lo mas profundo de mi corazón y ojalá consigas con otros pacientes el milagro que ha supuesto mi renacer. Sabes que en mi corazón tienes ya tu sitio. Mi mejor abrazo.