Comer con ansiedad y mi hambre emocional
El sobrepeso en España está a la orden del día. ¿Sabías que la tasa de obesidad en el país ha aumentado un 9% en niños y jóvenes y un 4% en adultos durante los últimos 15 años? Datos del Estudio de Evaluación de los Hábitos Alimentarios y Estado Nutricional de la Población Española (ENPE)
Otros informes, hacen referencia al lugar que ocupa el país en el tema, “España es líder europeo en obesidad en adultos aproximándose a Estados Unidos, mientras que en la obesidad infantil, España tiene la mayor tasa de obesidad del mundo, igualando o superando a los americanos”.
Sin embargo el objetivo de esta serie de tres entradas más que realizar un análisis de la obesidad en España, es favorecer la toma de conciencia acerca de la relación que tienes con la comida, dado que además de responder a una necesidad biológica básica para la supervivencia del cuerpo, comemos para nutrir nuestra experiencia interna y ésto nos lleva en ocasiones a comer con ansiedad.
Cerebro, comida y placer
De bebé has asociado el acto de comer con obtener atención y en el mejor de los casos además recibías compañía, mimos, cariño, palabras bonitas de mamá. De esta manera tu cerebro creó ese vínculo entre alimentación y bienestar.
Diversos patrones de alimentación emocional se pueden aprender: de pequeño si siempre recibes un dulce tras un logro importante puedes crecer utilizando los dulces como recompensa por el trabajo bien hecho. Si recibes galletas por dejar de llorar puedes aprender a asociar las galletas al consuelo, así mismo, si para castigarte te hacen comer aquello que no te gusta (espinacas, brécol, etc), cuando creces puedes autocastigarte a través de la comida y como éstos, muchos otros ejemplos.
Con la comida consigues rebajar la tensión que te molesta. El lenguaje cotidiano está lleno de referencias a esta mezcla entre la alimentación y los sentimientos: “No me lo puedo tragar”, refiriéndote a algo que rechazas. “No lo digiero” cuando tienes que asumir algo pero no lo puedes integrar. “Se me revuelve el estomago” cuando sientes asco por algo. “Tengo mariposas en el estomago”, cuando tienes angustia y muchas otras expresiones como “abrí la nevera (refrigerador) porque me sentía aburrido/a”. “Quiero endulzar mi vida” (frente a un postre que te encanta). “Barriga (panza) llena, corazón contento” (cuando terminás de comer). “Comí porque estaba ansioso/a”. “No pude parar hasta que vi terminado el paquete de Doritos” .“De algo hay que morir” (mientras te estás sirviendo más, por segunda vez).
La comida cubre tu necesidad biológica de alimentación y de otro lado evoca tus deseos vitales, necesidades de vínculo, de relación, de soporte emocional y todo esto se inscribe en tu mundo interno, en tu subjetividad.
Comer emocional y sobrepeso
Expertos del HeartMath «están de acuerdo en que alrededor del 75% de la necesidad de comer en exceso es causada por el hambre emocional, lo que significa que se utiliza la comida para hacer frente a los sentimientos«[… ] «En una sociedad con un alto nivel estrés como hoy en día, muchos de nosotros, los adultos y los niños, comemos alimentos ricos en grasa o con altos contenidos de azúcar para calmar nuestras emociones o aliviar temporalmente el estrés y la ansiedad«. The HeartMath book, Stopping Emotional Eating.
Los investigadores del mismo Instituto consideran que son el estrés y las emociones negativas los principales factores que contribuyen a la búsqueda de alimentación emocional.
Te invito a reflexionar sobre a las siguientes preguntas
¿Qué vacíos llenas con comida?
¿Has identificado en qué momentos del día o ante qué situaciones aparece esas necesidad de comer sin control?
¿Qué relaciones cercanas no te dan lo que necesitas?
¿Cuál es el tipo de alimentos que más te apetecen?
En las dos próximas entradas veremos la relación de nuestros antojos con las emociones, así mismo el comer en exceso como el no comer hablan de nuestra experiencia interna y por último veremos de qué manera podemos llevar a cabo pequeñas acciones que nos ayudan a llevar mejor nuestra relación con la comida.
En la siguiente entrada, Comer, radiografía de mis emociones veremos como en ocasiones comemos para apagar emociones vinculadas a nuestras relaciones y vínculos.
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En estos momentos de mi vida estoy viviendo una reconciliación con la comida.
Llevo un mes y medio haciendo ayuno intermitente y he descubierto lo que es comer cuando tengo hambre y también a distinguir entre sed y hambre.
Me siento cada día mejor aunque tengo algún momento en que caigo ante un trozo de chocolate pero bueno, ya son pocos los momentos así y no me castigo por ello. Eso si, reconozco que sin ello podría pasar sin problema
Gracias Marcela…… una vez más
Con gusto. Gracias por compartir tu experiencia.
Hola chic@s ,soy deacuerdo con ustedes donde nos comentan la importancia de la alimentación y el lado emocional……yo soy un problema,desde niña cuando mía padres divorciaron por rabia,ira,rencor hacia mi madre no comía nada,absolutamente como una forma de protesta, es tan así que hoy en día cuando los problemas me afligen me baja el apetito,tengo digestión lenta ,colon irritado ,muchas consecuencias digestivas…..estoy aprendiendo a relajarme y estar mas tranquila,visto que después fe casada con los hijos muchas síntomas empeoran…….tenemos que saber manejar el ansia y todos nuestras emociones vomitarlas,sacarlas sin temor……
Gracias Yania por compartir con nosotros tu experiencia. Has aprendido a hacerlo diferente y seguro tus palabras ayudan a quienes las leen. Un abrazo
Contemplo el no comer,el no tener hambre casi nunca, con o una forma de expresar un enfado interno con alguien o con el mundo en general.
Y bien, lo asumo, lo trato, lo comprendo pero mi cuerpo no encuentra felicidad en el comer porque en ese subsconsciente de tanto tiempo comer significa estar bien,ser feliz.Y de alguna manera sigues gritando tu dolor o tu pena al mundo entero.
Como adultos no nos damos cuenta que le ofrecemos a los niños como premio comidas malsanas como gaseosas, chitos, dulces que además perjudican su salud. Le deberíamos ofrecer frutas y cosas naturales.
Así es Hildalid, es un mal doble, por un lado asocian comida con premio y por otro lo que ingieren no es lo adecuado. Es importante que aprendamos que el mayor premio es la satisfacción, el logro, el reconocimiento de nuestra capacidad, de la labor cumplida, pero como no lo hemos aprendido, de adultos seguimos buscando recompensas externas. Gracias por leerme.
Muy bien te felicito,me gustan mucho los talleres.abrazos. Isabel
Maravilloso Marcela te felicito. Abrazos. Isabel
Estamos de acuerdo, el ser humano es el único «animal» que come sin hambre y bebe sin sed. Un abrazo
Muchas veces comemos por aburrimiento o por necesidad de «hacer algo» he notado que algunas veces como sin hambre… pero es una necesidad de comer que no puedo controlar
Así es, ¿has observado que es ese algo que necesitas hacer en tu vida y al no lograrlo lo sustituyes por comer? Un abrazo y gracias por leerme.