¿Cómo te sientes hoy? España, país europeo con la tasa más alta de síntomas depresivos
España, según la Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud, es el país europeo con la tasa más alta de síntomas depresivos en población de edad avanzada.
Tal vez pienses que no tiene que ver contigo, sin embargo estos mismos datos establecen que la edad de inicio más frecuente de un trastorno depresivo se encuentra entre los 30 y los 40 años, siendo las mujeres la población con más riesgo de desarrollarlo. Ambos datos: rango de edad y género, me parecen muy interesantes para profundizar en una futura entrada.
Así mismo se ha hecho evidente en este informe, que si bien lo más probable que hagas al sentirte mal es ir al médico de cabecera, recibirás un tratamiento farmacológico que no es necesariamente el más efectivo, e incluso innecesario, en la primera fase de un trastorno de depresión, aún así es lo que recibirás.
Fármacos no son la solución
Gabriel Rubio, jefe del Sección de Psiquiatría del Hospital 12 de Octubre, de Madrid afirma que entre un 10% y un 60% de los pacientes no mejora con antidepresivos o tienen depresión resistente al tratamiento farmacológico.
Según datos recogidos de la Agencia Española del medicamento, desde el año 2000 hasta el 2013 las prescripciones de antidepresivos han aumentado en España en un 200%. Pero este aumento no corresponde con los casos de depresión reales según dicen ellos mismos. Es decir, no hay un aumento significativo en los casos de depresión registrados pero si hay un enorme aumento del consumo de fármacos. O bien las personas se automedican y los nuevos casos no se registran, o bien los tratamientos no son efectivos y el consumo de medicamentos es permanente en el tiempo, o ambos casos, igual de preocupantes.
Diversos informes del Annals of Internal Medicine concluyen que la mejor estrategia para la intervención es psicoterapia en los casos leves y una combinación de psicoterapia y antidepresivos en los casos más severos.
Fármaco vrs psicoterapia
Si tienes una angustia profunda y te dan dos opciones: Opción 1: una pastilla quita dolores del alma y Opción 2: sesiones semanales de psicoterapia hasta que encuentres e integres la fuente de tu dolor. ¿Qué elijes? Algo ingenua mi pregunta, no?
Aquí el efecto pastilla que quita el dolor cuando aparecen los primeros síntomas depresivos es muy tentador. Y como en tu experiencia probablemente has recurrido en situaciones anteriores a un fármaco para quitar un dolor dental, una inflamación, fiebre o cualquier otro síntoma molesto; la fantasía de hacer lo mismo con los dolores del alma no nos es ajena.
No pocas personas me han dicho: ojalá existiera una pastilla que me quiete esta pena (ansiedad, miedo, tristeza, vergüenza) o lo que sea que la persona esté sintiendo y le produce malestar. Pero efectivamente una pastilla que haga desaparecer los dolores del alma no existe.
Y lo peor de todo es que en ocasiones sucumbimos a la tentación y dejamos en el fármaco toda la responsabilidad para la resolución de nuestros dolores internos, lo que no quiere decir que en ocasiones y prescritos por un buen psiquiatra, los fármacos puede ser de gran ayuda.
Aún así, se ha comprobado que con la psicoterapia las personas tienen menos recaídas porque los fármacos no intervienen sobre el pensamiento, las emociones o la conducta; y la terapia psicológica te ayuda a cambiar esto.
Ahora bien, ¿qué es lo que hace poco atractiva la psicoterapia?
Pueden ser múltiples las razones, algunas de ellas que la psicoterapia nos exige:
- Responsabilidad para hacernos cargo de nuestra situación y reconocernos como parte de la solución.
- Compromiso con nuestra recuperación, reconociendo y llevando a cabo pequeños pero constantes cambios, ensayar nuevas maneras de hacer las cosas, lo que obviamente implica además esfuerzo.
- Implicación para participar voluntaria y activamente en el proceso. No vale ir a terapia porque te han dicho que lo tienes que hacer o porque de lo contrario pierdes algo. Es fundamental que esté presente tu voluntad de cambiar la situación.
- Constancia porque si bien no estarás años en terapia, por lo menos no conmigo, si necesitas invertir algunas horas por unos meses. Además de la constancia necesaria para mantener los pequeños cambios.
Probablemente alguna persona en tu entorno cercano alguna vez ha estado deprimido, incluso tu mismo. Claramente los recursos psicológicos no han sido suficientes para afrontar esa situación o serie de situaciones que han originado esa depresión. Sin embargo sería interesante poder reconocer las diferencias entre tristeza y depresión ya que en ocasiones se confunden algunos síntomas depresivos con otros estados de ánimo o emociones y nos llevan a conclusiones erradas.
Para reconocer esas diferencias, te invito a leer la entrada de la póxima semana Tristeza o depresión, ¿realmente conoces la diferencia? en la que podrás encontrar algunas pistas.
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Estoy de acuerdo en prácticamente todo el artículo. Pienso que la farmacología es lo más fácil y la psicoterapia es lo más esencial.Conocer donde se genera el problema y a partir de ahí ir abriendo el camino.
Pero hay momentos tan duros,tan peligrosos para la propia supervivencia,que sólo los fármacos en esa crisis aguda creo son lo único eficaz.
Ni amor, en esos momentos no crees en nada, ni palabras de comprensión, sólo el horror de un dolor insoportable.
Son momentos puntuales,
La psicoterapia es la puerta de salida pero a veces nos cuesta encontrarla.
Así es María Isabel, pueden presentarse esos momentos duros y dolorosos y en ese momento un fármaco puede dar una pausa temporal al sufrimiento, y creo que esa es una de sus funciones, pero claramente no son la solución a los dolores del alma. Como bien dices la psicoterapia es la puerta de salida, o más bien, la puerta de entrada hacia lo más profundo de nuestro ser. Gracias por leerme.
Gracias por el artículo, bajo mi punto de vista no nos educan adecuadamente para estas «situaciones», cuando decimos a alguien que visite a un profesional (psicólogo. Psiquiatra…),aún se escucha con frecuencia «!!!Que insinúas, ¿que estoy loco?!!!.
Eso sin contar que se demostró que se ha estado recetando «muy alegremente» ciertos fármacos que no hacen mas que engordar la cuenta de las empresas farmacéuticas (FARMAFIA). Creo que muchas veces no es depresión, es confusión.
Mas amor, cariño, compresión… Un abrazo
Así es Jorge, tenemos una nula educación emocional y en ocasiones no sabemos identificar lo que sentimos y creemos que si no estamos bien estamos o deprimidos o ansiosos…. y hay un gran abanico de posibilidades. Gracias por leerme.