A veces no se trata de buscar más, sino de reconectar. Si sientes que a pesar de tus esfuerzos, tus logros o tus reflexiones, tu propósito sigue sin aparecer con claridad, entrada es para ti. Descubriremos juntas por qué el propósito no se encuentra como si estuviera perdido, sino que se define desde un lugar muy profundo: tu cuerpo, tus emociones y tu historia.
¿Por qué se vuelve tan difícil encontrar tu propósito?
Muchos creen que encontrar el propósito es una cuestión de azar, inspiración repentina o revelación externa. La verdad es otra: lo que hace que lo sigas buscando es tu desconexión interna. No se trata de que no tengas un propósito, sino que no estás lo suficientemente conectada contigo misma como para poder definirlo.
Vives con creencias heredadas, mandatos sociales, exigencias externas que moldean tus decisiones. Te exiges tener respuestas, claridad, foco. Pero ¿cómo lograrlo si no escuchas lo que pasa dentro?
¿Por qué se vuelve tan difícil encontrar tu propósito?
Tu cuerpo es la puerta de entrada a tu propósito. Si no lo habitas, si no lo sientes, no puedes escuchar lo que realmente deseas. En la consulta lo veo a diario: mujeres que viven en su cabeza, rumiando, planificando, comparándose… pero desconectadas de lo que pasa en su cuerpo.
Cuando dejas de registrar tu cuerpo, dejas de registrar tus límites, tus intuiciones, los «no» y los «sí» profundos. Y sin eso, eleges desde el deber, no desde la necesidad real que tienes.
2. Desconexión de las emociones
Si tu cuerpo es la puerta, las emociones son el lenguaje. Pero te han enseñado a temerlas, a reprimirlas, a no darles espacio. El resultado: no sabes lo que sientes, y por ende, no sabes lo que necesitas.
Recuerdo el caso de una mujer que decía sentirse constantemente irritable y agotada, sin saber por qué. Al explorar más profundamente, reconoció que detrás de esa irritación había tristeza, y detrás de esa tristeza, una necesidad de ser vista y valorada. Había estado ignorando esa emoción porque «no era importante» comparada con sus responsabilidades. Pero al darle espacio, al nombrarla, todo empezó a ordenarse.
La emoción te muestra lo que te importa. Si la niegas, también niegas tus valores. Y sin valores, no hay propósito posible.
3. Desconexión de tu historia personal
Tu historia está cargada de experiencias que muchas veces no has procesado. Situaciones que se bloquearon y parece que se cerraron en el tiempo, pero no en tu memoria emocional y corporal. Tu y yo, todos, nos definimos por heridas, por roles, por expectativas ajenas.
Y desde esa definición congelada, tratas de avanzar. Y no funciona. Porque para avanzar, necesitas releer tu historia con nuevos ojos.
El propósito no está perdido: se define
En mi propia experiencia de vida y en la que he tenido acompañando a otras personas, he visto que el propósito no se encuentra como si fuera algo extraviado. El propósito no se ha perdido, no está escondido. Por eso no hay que salir a buscarlo como si estuviera en otro lugar.
El propósito se define, y para eso es necesario un proceso de reconexión profunda. Primero con el cuerpo, luego con las emociones, y después con la historia personal. En ese orden.
Estas desconectada del cuerpo, lo has dejado atrás en nombre del ser lo que se espera que seas. Lo que te desconecta de tus emociones, porque sin cuerpo, no hay espacio para sentir. Y tu historia queda cargada de situaciones abiertas, inconclusas, sin integrar, que no te permiten avanzar.
Cuando trabajas estas tres dimensiones, cuando habitas de nuevo lo que eres, entonces puedes definir quién eres esencialmente. Y desde ahí, se revela con claridad hacia dónde necesitas ir.
Psicología para la Acción: Reconexión en 3 capas
Los enlaces en las preguntas te llevan a entradas que pueden ayudarte a clarificar algunas ideas antes de realizar el ejercicio.
Tómate unos minutos en un lugar tranquilo y responde por escrito:
1. Conexión con el cuerpo:
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¿Qué parte de ti se activa cuando piensas en el futuro?
2. Conexión con la emoción:
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¿Qué emoción aparece cuando te preguntas por tu propósito?
3. Conexión con tu historia:
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¿Cuál fue un momento clave en tu vida que marcó un antes y un después?
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¿Qué aprendizaje te dejó, que podría inspirar tu camino actual?
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