Psicología
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Alegría y tristeza, compañeras permanentes

Tabla de contenidos

Como te has dado cuenta en todas las entradas que llevamos buscando explorar el mundo de las emociones, éste es un territorio amplio, complejo y bastante desconocido. Todo lo que he mencionado en las entradas anteriores es apenas una introducción, una pequeño resumen que te permitirá más adelante explorar el mundo de los estados de ánimo. Felicidades por seguir recorriendo este camino.

Te invito a explorar las entradas anteriores y así ir al hilo de esta exploración.

De mis estados de ánimo y otros aprendizajes
Emociones básicas, grandes desconocidas
Miedo e ira. La función de cada emoción. ¿Sabrías reconocerla?

¿Los dos extremos de una misma línea?

Hemos aprendido que la alegría y la tristeza se encuentran en dos extremos opuestos y que casi son incompatibles. Vemos por ejemplo que el exceso de alegría (manía) se encuentra en el extremo opuesto al exceso de tristeza (depresión) y de ahí viene el nombre del  trastorno bipolar, que padecen quienes viven en uno de éstos dos polos, los también denominados maniaco-depresivos. Esto es cuando una persona fluctúa entre esos dos extremos y creeríamos que nunca está en los dos a la vez.

Pero no es así, “un 30% de las personas que tienen un trastorno bipolar los síntomas característicos de la manía y la depresión aparecen mezclados. Estas mezclas de síntomas maníacos y depresivos se denominan FASES MIXTAS. Con bastante frecuencia en el mismo día el paciente está alegre y triste, y a menudo está muy irritable y enfadado. En general puede haber todo tipo de mezcla de síntomas depresivos y maníacos, lo que hace que su enfermedad resulte extraña y difícil de comprender tanto para él como para los demás”*.

Así que es posible sentir alegría, alivio y tristeza a la vez. Cuando esto sucede ocurre también un conflicto en nuestro interior.  Por ejemplo, cuando se sientes alegría al irte de un trabajo que te agobia y a la vez tristeza por la gente que dejas atrás. O cuando sientes bienestar, alivio por la muerte de un ser querido al que llevas cuidando años y a la vez tristeza por su partida. Estas emociones no son opuestas, no se excluyen, están relacionadas con aspectos diferentes y tienen funciones diferentes.

Alegría, como cuando sientes que flotas

Es la manifestación del placer y el bienestar. Cuando te sientes en un estado de equilibrio, cuando evalúas que estás a salvo, tu musculatura se relaja, la actividad en la corteza prefrontal izquierda genera sentimientos positivos que inhiben el flujo negativo de la amígdala, facilitando una mejor predisposición a realizar acciones y favoreciendo los vínculos sociales y relaciones interpersonales.  Su principal manifestación es la risa.

Cuando estás alegre eres magnético, estás en apertura, atraes al otro, estás abierto al mundo y las experiencias. La función de la alegría es la apertura, abrir tu mente a lo nuevo una vez has dejado de esperar. Es la emoción que más te conecta con el presente.  El miedo está más relacionado con lo que pasará, la tristeza con lo que ha pasado, la alegría con lo que está sucediendo ahora. Cuando estás alegre eres más sensible a lo que sucede a tu alrededor, estás en conexión con el mundo. Las personas alegres suelen también sentir gratitud y a la vez la gratitud alimenta la alegría.  “Las emociones positivas como la alegría, el placer, la serenidad, la esperanza o la tranquilidad también cumplen un propósito evolutivo, ya que se ha encontrado que amplían nuestros recursos intelectuales, físicos y sociales, y permiten construir reservas que nos ayudan a enfrentar amenazas”. Feggy Ostrosky**

La genuina alegría aparece cuando desaparecen las condiciones, cuando has dejado de esperar que algo sea de una manera particular y lo disfrutas y aceptas tal cual es. Está muy cercana a la sorpresa, a la capacidad de dejarse sorprender por lo que llega  en oposición a la tristeza que aparece ante la pérdida, la decepción o el daño.   Para contagiarte de alegría te invito a ver la película francesa Bienvenidos al norte (2008, de Dany Boon)

Tristeza, reflexión obligada ante la pérdida, la pena o el daño.

Cuando aparece la tristeza todo tu sistema, todo tu ser entra en un ritmo diferente. Todo pasa más lentamente, se disminuye tu energía, no hay efusividad, buscas estar solo o en círculos cerrados. También se reduce tu capacidad de atención, memoria. La función de la tristeza es la reflexión. Si no bajas el ritmo no podrías reflexionar sobre cómo cambiará tu vida a partir de esa pérdida, ese daño o ese dolor que ha producido un suceso reciente. Su principal manifestación es el llanto.

De ahí que en la tristeza el suceso que la genera no sale de tu cabeza y los pensamientos recurrentes al respecto llegan a ser agotadores. La tristeza no es una forma de castigo o autocastigo, es un recurso de tu psiquismo para darte el tiempo y el espacio necesario para reorientar tu vida y sobretodo, para tomar las acciones necesarias para evitar, si está en tus manos, que vuelva a suceder.

En las personas mayores se suelen confundir los problemas de atención y pérdida de memoria con la tristeza o la depresión, las que aparecen con frecuencia por la soledad, la falta de atención que necesitan y los cambios en su estilo de vida.

En estas entradas podrás profundizar en la emoción de la tristeza:

 Negar la tristeza y la obligación de ser feliz
Tristeza o depresión ¿sabrías reconocer la diferencia?
¿Cómo ayudar a una persona con depresión?

Lecciones aprendidas

En muchas ocasiones no te das cuenta del potencial que tienes hasta que te ves obligado a ponerlo en acción, y ese es uno de los regalos que nos traen las pérdidas. Para reconocer ese potencial, te propongo este ejercicio.

No siempre podemos solos con la tristeza, te dejo algunas pequeñas pautas a continuación y si ves que no terminas de pasar por tu tristeza necesitas pedir ayuda

En la siguiente entrada hablaremos sobre el amor y cómo conseguir salir a voluntad de las emociones que nos embargan, porque es posible.

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* Fuente

** Directora del Laboratorio de Neuropsicología de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México

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